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CAPÍTULO 2. Memoria y Repetición
Sobre el ponto rico en peces, y el décimo pusimos pie
En el país de los lotófagos, los cuales comen un florido manjar.
Ahí subimos a tierra firme y nos aprovisionamos de agua.
En seguida tomaron la comida junto a las rápidas naves los compañeros.
Luego, tras saciarnos con el alimento y con la bebida,
Envié yo entonces compañeros a que averiguaran, yéndose,
Qué hombres había terrestres que comen grano,
Seleccionando a dos varones y haciéndolos acompañar de un tercero como heraldo. [1]
Los elementos recurrentes son: el viento, el número de días en que la nave ha estado en el mar, la descripción del entorno natural de la isla a la que se acercan y las expectativas de las cualidades humanas de sus habitantes. En la visita a los Eolos, se dice algo similar:“Navegamos así noche y día por nueve jornadas, / era ya la decena, asomaron los campos paternos / y alcanzamos a ver las hogueras que en ellos hacían” (Od. 10. 28-30).Y luego se dice: “Arribando salimos a tierra e hicimos la aguada / y almorzaron mis hombres en torno a las naves ligeras. / Cuando ya de comer y beber estuvimos saciados, / un marino conmigo tomé y un heraldo y me puse / en camino a las ínclitas casas de Eolo” (Od. 10. 56-60).
Y una espada, y en la cabeza se caló un morrión
Fabricado de bovina piel. En su interior, múltiples correas
Muy prietas lo tensaban; por fuera, blancos colmillos
De jabalí, se sujetaban densos aquí y allá
Con pericia y destreza; y en el fondo estaba forrado de fieltro.
De Eleón se lo había llevado en cierta ocasión Autólico,
Que lo robó horadando la espesa casa de Amíntor Orménida.
Lo llevó a Escandea y se lo dio a Anfidamante de Citera.
Anfidamante se lo dio a Molo como presente de hospitalidad.
Este se lo había dado a su hijo Meríones para que lo llevara.
Y en ese momento, calado y prieto, tocaba la cabeza de Ulises.
Ese casco no pudo ser conocido por la audiencia del siglo 8 aC contemporánea a Homero, ya que data de una época muy anterior. Se encontraron representaciones de este casco en la pintura de vasos micénicos y un ejemplar en la tumba micénica de Dendra, que ahora está completamente reconstruido y puede verse en el Museo de Naupflio en el Peloponeso. También se cree que este casco es de procedencia Minoica porque aparece representado en los frescos de Tera que datan de entre los siglos 18-16 aC. Algunos piensan que el casco, que es minoico, es llevado por Odiseo, porque según cuenta él mismo en la Odisea, en sus famosas mentiras, él proviene de Creta. Se ha pensado que a la Ilíada y la Odisea se le fueron con el tiempo añadiendo muchas historias y héroes que no tuvieron en principio relación con la guerra de Troya, pareciéndose un poco en este sentido a la saga del Rey Arturo. Hay indicios para pensar que Néstor y Diomedes eran unos héroes antiguos del Peloponeso y que luego fueron incorporados a la historia de la guerra de Troya. Así mismo se cree que Odiseo era un héroe muy antiguo de Creta que luego se modificó y se transformó en el héroe que todos conocemos. El hecho de que el casco haya pasado por tantas manos muestra la especialidad del objeto y no es casual que sea Odiseo el único que lo lleve en la guerra de Troya. En este sentido la poesía oral hizo posible la supervivencia de una memoria antigua a partir de la cual la Grecia posterior construyó su cultura e identidad. El hecho de que el lenguaje homérico sea arcaico y artificial constituye para la literatura épica un mundo congelado y ficticio que no corresponde propiamente a ninguna época histórica de Grecia, sino por el contrario es un mundo imaginado que construye un modelo de sociedad en el cual la Grecia de diferentes épocas quiere verse reflejada.
ya te haya enseñado la musa nacida en Zeus
o ya Aeolo, pues cantas tan bien lo ocurrido a los dánaos
sus trabajos, sus penas, su largo afanar, cual si hubieras
encontrándote allí o escuchado a un testigo
Son invocadas en Homero para pedir información sobre eventos pasados, como está ejemplificado en el Catálogo de las Naves, en donde el poeta pide a la musa que le informe cuales fueron todos los pueblos que participaron en la guerra de Troya, ya que él sólo no podría recordarlo ni que tuviera diez lenguas y un corazón de bronce, a diferencia de los héroes quienes se caracterizan por tener un corazón de hierro.
Pues vosotras sois diosas, estáis presentes y sabéis todo,
Mientras que nosotros sólo oímos la fama y no sabemos nada,
Quiénes eran los príncipes y los caudillos de los dánaos.
El grueso de la tropa yo no podría enumerarlo ni nombrarlo,
Ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas,
Voz inquebrantable y un corazón de bronce en mi interior
Si las olímpicas Musas, de Zeus, portador de la égida,
Hijas, no recordaran a cuantos llegaron al pie de Ilio.
Hesíodo representa a las musas en el Monte Helicón cantando sobre el pasado, presente y futuro (Teogonia 36-40), y claramente el regalo poético dado por la musa consiste en darle al poeta el poder de hablar con la verdad. Las musas representan el poder de decir la verdad, y el poeta habla con la autoría de quien cree que sus palabras provienen de revelación divina.
en la mente me inspira y aún creo poder celebrarte
La musa provee al poeta de un repertorio de eventos formulares, un esquema memorizado que es común a todos los poetas, pero que a partir de ellos cada bardo va armando su propio canto [11] . El poeta continúa la tradición de temas literarios en estilo narrativo, insertando eventos y leyendas populares y, cuando canta, exhibe su habilidad de interpretar, añadir y unificar escenas individuales para así impactar a su audiencia. Cuenta con esta posibilidad y la utiliza, no sin contribuir con sus propios comentarios y organizando historias fraccionadas confiriéndoles unidad.
2.1 La audiencia moderna y su recepción de pasajes formularios.
y puliéndolos luego hábilmente reglólos a cuerda.
Tornó en tanto Calipso divina con unos taladros
Y, horadando con ellos Ulises sus piezas, trabólas
Con clavijas bien recias y juntas de firmes encajes.
Cuanto asiento de tablas un buen armador redondea
Para hacerse la quilla de un buque de carga espacioso,
Otro tanto él tomó al construirse la vasta armadía.
La toldilla montó sobre espesas cuadernas, enlace
Por encima les dio con corona de largas regalas,
En mitad puso el mástil después y la verga en lo alto,
Colocó de otra parte el timón que rigiese los rumbos
Y, cercándolo todo con zarzos de miembre, defensa
De la fuerza del agua, lastró con madera abundante.
Llegó entonces Calipso divina trayendo unos mantos
que le hiciesen de velas; dispúsolas él con maestría,
adaptó luego en ellas las brazas, las drizas y escotas
y con las fuertes palancas la balsa llevó al mar divino.
Mucho se ha debatido sobre esta descripción. Algunos autores piensan que en realidad no es una balsa sino un barco, y de este parecer es Casson [13] quien argumenta que los versos 252-253 se refieren a la construcción de un casco de madera; Marinatos [14] sobre estos mismos versos sostiene que en realidad Odiseo está construyendo una cabina, la cual es parecida a los barcos con cabina descubiertos en la isla de Tera (actual Santorini) en los frescos de Akrotiri.
Y el niño hacia el regazo de la nodriza de bello ceñidor
retrocedió con un grito, asustado del aspecto de su padre.
Lo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballo
al verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco.
Los cascos con penachos datan de la época micénica, del 1400 aC, pero también aparecen en la época geométrica, siglo 9 aC. A pesar de esto, este pasaje no es formulario; pero recrea una fórmula, y por eso logra un efecto en la audiencia. La imagen de Héctor κορυθαίολοςexiste en la mente del lector. Lo interesante en este episodio es que el lector puede enmarcar esta imagen formularia en un contexto específico, donde el casco tiene una función clara para el desarrollo del argumento. El poeta no está tratando de particularizar la fórmula de Héctor κορυθαίολος, presentándola en un nuevo contexto. La fórmula continúa siendo vaga e imprecisa y, siendo consecuentes con las teorías sobre la tradición oral, podría aplicársele a otros héroes (aunque esto no ocurre con esta fórmula) [15] . Pero obsérvese que en este pasaje Héctor es φαίδιμος y no κορυθαίολος (línea 466), que pone énfasis en el hecho de que los epítetos homéricos no se usan para describir un personaje específico o cosa. De este modo, a través de la narración no-formular, las imágenes que el lector ya tenía por vía de la tradición, adquieren una singular viveza.
una pareja de fuentes brota del turbulento Escamandro:
de una el agua mana tibia, y alrededor una nube de vapor
asciende desde ella, como si fuera de ardiente fuego
la otra incluso en verano fluye parecida al granizo
y a la fría nieve o al cristalino hielo formado de agua.
Allí hay cerca sobre ella unos anchos lavaderos
bellos, de piedra donde los resplandecientes vestidos
solían lavar las esposas y las bellas hijas de los Troyanos
en tiempos de paz, antes de llegar los hijos de los Aqueos.
De estos dos hitos, algunos ya han sido mencionados antes, pero la descripción para enmarcar la acción heroica, en tal detalle, no tiene precedentes. Los vestidos pueden ser típicamente brillantes y las hijas típicamente hermosas, pero sin embargo, casi todo es individualizado y su inmediatez es abrumadora, pues contiene algunas secuencias que están sorprendentemente libres de lo formulario, y la escena posee una extraordinaria presencia y fisicalidad.
Footnotes